miércoles, 27 de junio de 2012

Ante el Centenario de La Unión Dedicada a Víctor García Costa por su fuerza inspiradora. Unión Ferroviaria (hoy La Unión, declarada ciudad ley expediente 42129-6409/97, aprobado el 27/09/01,) primero fue un apeadero denominado Parada Km 34/897, luego se lo denominó Parada Links, habilitado el 24 de junio de 1912. Brindaba el servicio a los golfistas del Lomas Atletic Golf, que llegaban allí en un vagón especial y en horarios específicos para poder practicar sus tiros. El vecino historiador Víctor García Costa ha profundizado exhaustivamente en una investigación la denominación de la localidad, Unión Ferroviaria, la memoria y la historia traicionadas, presentado en el Quinto Encuentro con Nuestra Historia en 2005, reproducimos un tramo de este interesantísimo trabajo: … pero ahora, al diferenciar la Ciudad “La Unión” con la Estación “Parada Unión Ferroviaria”, no sólo se crea confusión por la doble denominación y porque hay un barrio denominado La Unión, sino que se agravia la memoria de “aquellos empleados y obreros ferroviarios que sacrificaron sus vidas en actos de servicio” y , hay que decirlo también, que produjeron heroicas luchas gremiales no sólo en defensa de sus intereses como trabajadores sino también en defensa de los intereses de la Nación. . Pueblo de las Naciones. El paso del ferrocarril fue un proyecto que en 1874 se frustró, así como la urbanización que lo acompañaría: el Pueblo de las Naciones, correspondiendo su ubicación a la actual Villa Golf, uno de los barrios de la localidad centenaria. El tendido finalmente se materializó en 1885 por obra de un proyecto provincial emprendido por la compañía de Ferrocarril del Oeste que Raúl Scalabrini Ortiz explica en detalle en su Historia de los ferrocarriles. Desde el año 1890 estuvo bajo la administración de empresarios británicos y se denominó Ferrocarril del Sud, hasta marzo de 1948 cuando fue privatizado por el estado nacional siendo su nuevo nombre Ferrocarril Nacional General Roca. Pobladores y comercios Para no agotar el tema en la versión ferroviaria. A lo sumo, para seguir encarrilados, o que el tren de los acontecimientos nos lleve lo más lejos posible. ¡Cuánta metáfora ferroviaria en nuestra vida cotidiana! Nos ubicamos entonces desde la perspectiva de los pobladores y comerciantes que trabajaban por el progreso en la zona. Para cuando la declaración del pueblo Ezeiza en ciudad se publicó un folleto a propósito de ese acontecimiento. Gratifica leer el aporte en publicidad de varios negocios de La Unión. Nos preguntamos si alguno de estos aún esta funcionando: Tienda La Unión de María Haydée de Sarra “vende más barato porque Julio sabe y puede” aseguraba su slogan; Corralón y aserradero El Techo de Manuel Torre; el mercado Edith de Julio Godoy; el mercado Pedrito de Pedro Escudero; almacén y carnicería La chilena de Germán Suazo Barra; Panadería Las tres Marías de Miguel Miranda. En 1973, año de la publicación de donde extraemos estos datos, no había mucha división política entre las localidades del distrito. Ser de la Unión Ferroviaria era como vivir en Ezeiza. Hoy los cambios y la urbanidad más densa conducen a la gente a identificarse hasta con el barrio. Hoy Gaddini o Ramos Mejía ya no son calles, son “la peatonal”. Canning es Ezeiza o Echeverría. Es el progreso, nos explican. En un plano de remate de lotes aprobado en Geodesia provincial en 1958 figuran los nombres de algunos adquirentes de terrenos en el segundo fraccionamiento del barrio Sol de Oro: Pedro Beltrani, Irma de Benitez, Remo Romano F. Bianchedi, Carlos Bosch, J.J. Bruguera, J.A. Mata, Doris y Guillermo Corley, Juan de Dios Belén, Nélida y Angélica Zelca, Roberto Wilson, Ada T. de Simari, Josefa P.Saralegui, Jorge y Emilio Mutarelli, y la lista sigue. Nos preguntamos si alguno de ellos se afincó en la zona. Localidad ecologista La vocación verde impulsa la unión entre vecinos: allí luchan los habitantes del barrio parque Links Erratchú defendiéndose de los asfaltos invasores. Probablemente los pobladores no deseen privarse de seguir las huellas de patitas que dejan los gorriones cuando se bañan en el colchón volátil del polvo de las calles, huellas que compiten con las hendiduras que dejan los neumáticos de los autos. Hace unos años atrás hasta hubo un intento de cerrar el barrio El Trébol que fue frenado por los vecinos. Cada barrio tiene su personalidad: Santa Ángela se va acomodando de a poco al trajín del hospital provincial. La Unión centro concentra a los pobladores más añosos en el pago, sus casas flanquean la calle Las Lilas. Y pervive una onda verde en la denominación de las calles, sólo quebrada en ocasiones, como la calle de la veterinaria que se llama San Lorenzo. Y la clorofila nominal se continúa en El Trébol, la plantita rastrera que trae buena suerte cuando tiene cuatro hojitas. Siguiendo al sur esta el barrio Los Álamos. Una de las calles límite con Tristán Suárez es Las Hortensias. Y tanto verde es posible gracias a Sol de Oro, la casa quinta que bautiza al barrio se ve cada día un poco más eclipsada por ladrillos. Párrafo aparte para El Paso. Será ¿en honor a un antiguo paso que habría por ahí? no sabemos si para cruzar las vías del tren, o un senderito al costado de los campos de golf o era un bajo en los bañados que permitiría cruzar campo sin embarrarse hasta la lencería. Nos gusta lo existencial y fugaz de su denominación, nos remite al efímero paso de energía que transitamos por la tierra y que ese barrio cristaliza conteniendo al cementerio local. La Porteña conduce necesariamente a la metáfora ferroviaria porque recuerda a la primera locomotora que tiró de los vagones en nuestro país, para corroborar la inspiración en la biblioteca tenemos un plano que publicita un loteo en la zona y luce en su portada la imponente trompa de una negra máquina humeante. Todos los vecinos atesoran un museo en su memoria afectiva y en testimonios tangibles: fotos del Haras Buenos Aires tienen Alicia de Eguiguren, fecunda fotógrafa, y Jorge Menéndez, seguramente hay más en otros repositorios de recuerdos privados. Blanca Ferreyra vuelve a ser niña y tirita de frío describiendo la larga caminata hasta llegar a la escuela 13. Patricia Morales aún ve la vaca asomando la cabeza en la ventana del jardín de infantes. Las quintas de verduras del fondo se repliegan hacia Canning, hoy son reemplazadas por grandes galpones y depósitos, pero en lo domesticados parques no hace mucho vimos una lechucita de las vizcacheras en la boca del pozo- nido. Y no es raro tener que esquivar gallinas metropolitanas que cruzan audazmente la calle Perito Moreno/Las Araucarias. Junta de Estudios Históricos del distrito Ezeiza Miembro informante: Patricia Faure

lunes, 21 de mayo de 2012

LOS PRIMEROS GLOBOS AEROSTATICOS QUE DESCENDIERON EN TIERRAS DE EZEIZA. Por Víctor O. GARCIA COSTA Que en los comienzos de su práctica entre nosotros la aerostación era cosa de gringos lo certificaba la copla popularizada en Buenos Aires..
Un gringo por ganar plata
se subió en un globo al cielo;
se le acabó el mixto al globo,
¡y al demonio! ¡el gringo al suelo!
El accidente de la bella Antonieta Silimbani, que murió a los 21 años ahogada en el Río de la Plata el domingo 13 de marzo de 1904, y la acongojada ida al Brasil de su marido, José Silimbani, paralizaron las pruebas hasta que Aarón de Anchorena, secretario de la Legación argentina en París, luego de ser invitado por el ingeniero brasileño Alberto Santos Dumont a una ascención aerostática, se incorporó al Aero Club Francés, recibió instrucción de Paul Tissandier y adquirió el globo "Pampero"..
Anchorena invitó a al ingeniero Jorge Newbery, por entonces Director de Alumbrado de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, cargo desde el cual defendió con firmeza la municipalización de los servicios de electricidad, y juntos hicieron el ascenso, que fue el duodécimo de Anchorena y el octavo con el "Pampero", el 25 de diciembre de 1907..
Pocos días más tarde, el 13 de Enero de 1908 fundaron -con cuarenta propulsores más-el Aero Club Argentino..
El "Pampero" volvió al cielo en nueve oportunidades más, la primera el 7 de febrero de 1908 con Jorge Newbery -segunda para él- y la última el 17 de octubre de ese mismo año con Eduardo Newbery, su hermano, desapareciendo sin dejar más rastros que una paloma mensajera en Río Santiago y restos de un salvavidas en Las Flores..
Tras la pérdida del "Pampero" cundió el desánimo. El Aero Club Argentino se extinguía. Muchos de los propulsores se alejaban. Transcurridos unos meses y traído al país otro globo Jorge Newbery, buscó la adhesión de figuras conocidas y respetadas. Uno de ellos, el doctor Alfredo L. Palacios, ha relatado el episodio así:.
Un día que recordaré toda mi vida, me encontraba en el estudio con Antonio de Tomaso, muy joven entonces, que me acompañaba siempre, y a quien inicié en la vida política, cuando entró Jorge Newbery, con quien yo apenas tenía relaciones y me dijo: "Se cree entre nosotros que lanzarse al espacio en un globo libre es una aventura de desequilibrados; y yo deseo demostrar que eso es un absurdo. ¿Quiere usted acompañarme...?". Sí, le contesté con entusiasmo. Y al estrechar cordialmente su mano, sellamos una amistad que sólo pudo interrumpir su muerte..
El 2 de abril de 1909, soltado el globo "Patriota" desde Los Ombúes -hoy Luis María Campos y Olleros- con Jorge Newbery, el escribano Lisandro Billinghurst y Alfredo L. Palacios durante cuatro horas y treinta minutos paseó por el cielo argentino para descender en Suipacha. Así lo recordará el mismo Palacios una mañana casi primaveral de agosto de 1939..
Fue un día nublado. Yo sabía lo que era una nube, pero jamás la había palpado. El. globo ascendió llevándonos a Jorge, a Billinghurst y a mí. Horadamos las nubes... La tela del globo se mojó. Luego, nos encontramos a pleno sol. La silueta del globo, hecha sombra, resbalaba por aquel enorme monte de algodón y un inmenso arco iris la acompañaba. Yo veía las nubes desde arriba, como el sol... ¡Qué espectáculo! No lo olvidaré jamás. Llegamos a tres mil metros de altura. Ni el más leve ruido. Silencio hondo, meditativo..
Comenzó el descenso. Atravesamos las nubes de regreso y arrojamos el ancla. Billinghurst le hacía señas a algunos campesinos alarmados que la sostuvieran. Al fin los hombres se decidieron a hacerlo. Cuando bajamos nos sorprendió la pregunta: ¿Es el "Pampero"? Fue bastante dramático. Se nos arrugó el corazón y se hizo silencio, un silencio diferente de aquel que habíamos palpado... El descenso se produjo en la estancia de una familia Correa, la cual en esos instantes se disponía a tomar el té..
Y agregaba risueño: Fuimos unos invitados caídos del cielo.... La popularidad de Palacios contribuyó al renacer de la actividad de aerostación. Vocal de la segunda y nueva comisión del Aero Club Argentino, prácticamente refundado el..., presidido Jorge Newbery, Palacios volvió al cielo en varias oportunidades con el "Patriota" y con el "Huracán". El 12 de setiembre de 1909, en el "Patriota", el mayor Waldino Correa, Felipe Madariaga y Alfredo L. Palacios, cubrieron la distancia entre "Los Ombués" y Adrogué en tres horas y treinta minutos. La amistad entre Newbery y Palacios se hizo cada vez más estrecha. Lo que procuraba Jorge Newbery fue logrado. Las ascensiones fueron más frecuentes y me entusiasmé con ellas. Cierto es que teníamos que luchar contra el desconocimiento y la incomprensión. Cada vez que ascendíamos, las ventanas de las casas se abrían y nos gritaban: ¡locos! Siempre los de vanguardia parecieron locos... Me acuerdo que pronto se realizó una carrera en la que intervenían dos globos. Antes de la partida se probó la dirección del viento y Jorge Newbery observó que los seis globitos lanzados al espacio, a cierta altura, tomaban dirección al río. Yo no sabía nadar, de manera que no estaba muy tranquilo ante la perspectiva de morir ahogado. Jorge se acercó para decirme:.
-Palacios, usted no va a subir porque el viento lleva al río..
-¿No subir habiendo tantas damas? -contesté- ¡Prefiero ahogarme...!.
"Se hizo la carrera. Al llegar a la capa de aire que conducía al río, comencé a arrojar lastre. El globo adquirió mucha velocidad, traspasó esa capa y se encontró con otra más arriba que llevaba en sentido opuesto. Fue la salvación del globo... y la mía"..
El 1º de marzo de 1914 Newbery se estrella con el Morane-Saulnier de su amigo Teodoro Fels, en Los Tamarindos, Mendoza, a las 18,15 horas. Cincuenta mil personas acompañan sus restos desde el Pabellón de las Rosas hasta la Recoleta, en un cortejo que cubren mil palomas..
Cuando el 2 de mayo de 1937, los restos mortales de Jorge Newbery sean trasladados desde la Recoleta hasta el monumento realizado por suscripción popular en la Chacarita, hablará Palacios ante una multitud que ocupará hasta los techos de las bóvedas:.
"Toda su vida trasunta el sentido elevado de realizar el dominio del hombre sobre la naturaleza, obedeciéndola y superándola. Y eso que él ejecutó, en una escala tan grande, no lo hizo sólo para sí mismo, sino para todo el país. Lo dominaba el afán de ensanchar los límites del hombre, y lo consiguió espléndidamente. Dilató nuestros dominios en el aire y en la atención y el respeto de las gentes"..
En las que fueron tierras del Partido de Esteban Echeverría los registros del Aero Club Argentino, fundado el 13 de enero de 1908 y refundado, tras la desaparición del Pampero, el 24 de enero de 1909, constan 15 descensos: 2 en Llavallol, 6 en Monte Grande, 2 en Ezeiza y 4 en Tristán Suárez. Hay también 1 en Máximo Paz. Desdoblado el Partido por ley en dos: Esteban Echeverría y Ezeiza, para ajustarnos estrictamente a la historia local sólo desarrollaremos los descensos producidos en las localidades que hoy integran el Partido de Ezeiza y que son 6..
Los seis globos que surcaron el cielo ezeizano y descendieron en su suelo llevaban por nombres: Huracán, Cóndor, Argentina, Pampero II, Teniente Agneta y Piloto Madariaga..
El globo "Huracán" tenía 800 m3 y era de seda. Había sido adquirido en compra directa, en París, por el Aero Club Argentino, fundado el 13 de enero de 1908, y su primera ascensión se había producido el 30 de agosto de 1909, piloteado por el ingeniero Jorge Newbery, brevet nº 2 desde el 7 de febrero de 1908, soltado desde Rosario y con descenso en San Gerónimo Sur, después de 1h15m de vuelo..
El globo "Cóndor" tenía 1200 m3 y era de seda. Había sido adquirido en París por el futuro Presidente de la República, doctor Marcelo T. de Alvear, que lo donó al Aero Club Argentino. Su primera ascensión se produjo el 19 de noviembre de 1911 con motivo del Concurso Globos Floridos Damas San Vicente de Paul, piloteado por el ingeniero Alberto R. Mascías, brevet nº 9 desde el 24 de noviembre de 1909, soltado desde la Sportiva y descendido en Lanús..
El globo "Argentina" tenía 900 m3 y era de seda. Había sido donado por Ernani Mazzoleni, brevet superior de Piloto oficial desde el 24 de junio de 1894, que lo había adquirido en Roma. Su primera ascensión también se había producido el 19 de noviembre de 1911 con motivo del Concurso Globos Floridos Damas San Vicente de Paul, piloteado por el escribano Lisandro Billinghurst, brevet nº 6 desde el 4 de setiembre de 1909, soltado desde la Sportiva y descendido en la Isla Maciel..
El globo "Pampero II" tenía 1200 m3 y era de tela cauchutada. Había sido construido por Ernani Mazzoleni con tela donada por el ingeniero Jorge A. Duclout. Su primera ascensión se produjo el 16 de julio de 1913, pilotedo por su constructor, Ernani Mazzoleni, soltado en Belgrano y descendido en Lozano, después de 3h de vuelo. El globo "Teniente Agneta" tenía 1200 m3 y era de tela cauchutada. Construido, también, por Ernani Mazzoleni por encargo del Aero Club Argentina, ascendió por primera vez el 19 de setiembre de 1915 piloteado por el sargento 1º Francisco S. Sánchez, brevet nº 16 desde el 20 de marzo de 1913. Ascendió por primera vez, piloteado por Carlos Francisco Borcosque, brevet nº 34 desde el mismo día del vuelo, soltado el 19 de setiembre de 1915 desde la Sportiva y descendido en Tapiales..
El globo "Piloto Madariaga" tenía 1200 m3 y era de tela encauchutada. Fue el tercero de los globos construidos por Ernani Mazzoleni a pedido del Aero Club Argentino. Su primera ascensión se produjo el 24 de octubre de 1916, piloteado por el capitán Aníbal Brihuega, brevet nº 15 del 20 de marzo de 1913, soltado en Bernal y descendido en Tristán Suárez después de 2h5m de vuelo..
(C) Víctor O. García Costa